Ya sabemos que los implantes dentales son una de las mejores opciones para recuperar la funcionalidad de uno o más dientes que se hayan perdido en el transcurso de la vida. El implante dental se instala en una cirugía de carácter ambulatorio y requiere ciertos cuidados que permiten la buena osteointegración del mismo en el hueso del paciente. A pesar de ello, el procedimiento tiene una gran tasa de éxito y es la solución más duradera para la rehabilitación de una pieza dental. 

 

La principal circunstancia en la que puedes acceder a un implante es cuando hayas perdido una pieza de manera accidental o por patologías dentales, como lo son la enfermedad periodontal, la cual es una evolución de la gingivitis que a la larga puede debilitar el hueso maxilar y hacer que las piezas se caigan. Otra de las causas comunes de la pérdida de dientes son las caries, especialmente las que se encuentran en un estado avanzado y que por diversas circunstancias no son tratadas a tiempo.

 

Sea cual sea tu caso, es esencial que visites a tu dentista y consultes por la posibilidad de hacerte un implante dental. Uno de los requisitos indispensables para ser un candidato a este tipo de procedimiento es contar con un hueso maxilar sano y con la amplitud necesaria para sostener de buena manera el implante. Recordemos que el implante consta de dos partes: el implante en sí y la corona. El implante es atornillado en el hueso maxilar del paciente y posteriormente se busca la completa osteointegración de ambos (una unión sólida final). Esto es imposible en un hueso que no tenga al menos 8 o 10 mm de altura. 

 

La retracción del hueso maxilar es un fenómeno natural que se produce en los huesos que se encuentran debajo de los dientes que se han caído, debido a la poca estimulación que reciben en cuanto a presión, la que en presencia del diente se produce por la masticación de los alimentos. Por esta razón es común ver personas que han perdido parte de su dentadura y que presentan una disminución de la magnitud de su mandíbula y retracción de los labios (especialmente en personas adultas mayores). 

 

Una solución viable para esta condición es la regeneración ósea, en donde el dentista puede hacer injertos de hueso en el lugar donde el hueso se encuentra retraído y, con ello, aumentar la altura del mismo. Esto hará que el tiempo del procedimiento del implante dental aumente, pero aumenta las posibilidades de éxito.

Por último, es importante que seas mayor de edad, que no estés pasando por un proceso de embarazo y que tu salud sea compatible con el tipo de procedimiento quirúrgico que requiere el implante. De todas maneras, puedes preguntar con toda confianza a tu dentista si te encuentras en el mejor momento para recibir un implante dental o no. En nuestras clínicas contamos con el personal y el equipamiento necesario para llevar a cabo tu proceso de rehabilitación oral, a través de los mejores implantes dentales. Visítanos en nuestra página web https://www.implanet.cl/ o llámanos al +56 2 2759 0909 y agenda tu próxima consulta. ¡Te esperamos!