A la hora de someterse a un procedimiento dental es común tener dudas respecto a si va a doler o no. Al día de hoy la sociedad cuenta con diversos avances tecnológicos y médicos que ayudan en este ámbito, como lo es la anestesia, un mecanismo de bloqueo de dolor que hace viable toda clase de intervenciones quirúrgicas.
En el área médica existen diferentes tipos de anestesia, las cuales se utilizan en los procedimientos para controlar las sensaciones de dolor en los pacientes. Por una parte, la anestesia general es aquella que se utiliza para dormir al paciente en intervenciones mayores. El resultado de ello es que el paciente queda inconsciente. Por otra parte, tenemos la anestesia local, que funciona en un sector del cuerpo. Esto mantiene al paciente consciente, pero sin dolor en esa área. En general, en el área dental se ocupa la lidocaína como anestesia, junto a otros medicamentos.
La instalación de un implante dental es un procedimiento de cirugía ambulatoria. Es decir, que no requiere de anestesia general ni hospitalización. De todas maneras, al ser una intervención quirúrgica, sí requiere de una anestesia de tipo local.
Esta anestesia es administrada por el dentista antes del procedimiento a través de una inyección con jeringa. Generalmente, se ocupa una anestesia tópica en la zona para adormecerla y amortiguar el dolor del pinchazo, para luego inyectar la anestesia local directamente en las encías.
La anestesia genera un bloqueo de sensación de dolor en toda el área de la encía en donde se inyectó. Además, se produce un adormecimiento general de la parte de la cara que está en el mismo lado de la inyección. Todo esto hará que el paciente no sienta el dolor de la cirugía de implante dental.
El efecto de la anestesia en las encías durará entre 2 y 3 horas. El adormecimiento de la cara puede durar un poco más (unas 5 horas). Pasado el tiempo del efecto, es común que aparezcan sensaciones de dolor en el área en la que se trabajó. Para amortiguar el dolor se pueden tomar analgésicos o antiinflamatorios prescritos por el especialista.
Existe una serie de efectos adversos, los cuales muy rara vez se presentan, entre los que se encuentran: dificultad o impedimento para pestañear, hematomas, daños en nervios o aumento del ritmo cardíaco. Ante cualquiera de estas molestias el paciente debe avisar de inmediato al dentista para evitar complicaciones mayores.
El uso de anestesias es un gran adelanto de nuestros tiempos, que nos permite proceder sin dolor en intervenciones benéficas para nuestra salud, como lo son los implantes dentales. Si estás pensando en hacerte un implante dental en tu dentadura para mejorarla y seguir adelante en tu vida, ¡anímate! Es un procedimiento indoloro, que con una buena anestesia local será llevado a cabo perfectamente por nuestros implantólogos.
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