Antes de realizar un tratamiento de implante dental, el odontólogo debe evaluar la situación de cada paciente. En algunos casos y por diferentes motivos, algunas personas sufren pérdida de hueso o simplemente poseen poca estructura ósea en la mandíbula, lo que dificulta la instalación del implante metálico que deberá ser fijado en el hueso para una mayor estabilidad y durabilidad. Frente a esta situación, será necesario hacer primero un injerto de hueso, para luego poder proceder al tratamiento de implante dental.
¿Por qué ocurre la pérdida de hueso?
La pérdida de hueso puede ocurrir por varias razones. Una de las principales es cuando el paciente sufre la pérdida de una o más piezas dentales y tarda mucho tiempo en reemplazarla por un implante dental. El espacio vacío en la arcada causa una reabsorción de la masa ósea, originando pérdida de hueso. Pero otros factores como una enfermedad periodontal avanzada, la calcificación del nervio dental, además de otras patologías como la diabetes o la osteoporosis pueden ser otras causas de la disminución del hueso maxilar.
El hueso necesita de la estimulación del diente para mantenerse. Por lo tanto, siempre que ocurra la caída o extracción de un diente es importante reemplazarlo lo antes posible por un implante dental. Si el paciente posee poca estructura ósea en la mandíbula o cuenta con fisuras en el hueso, será necesario hacer un injerto antes de instalar el implante.
¿En qué consiste el injerto de hueso?
El injerto de hueso es, básicamente, un procedimiento quirúrgico realizado en la clínica dental para rellenar la estructura ósea maxilar con material biocompatible. Existen diferentes métodos para hacer un injerto de hueso, y el procedimiento elegido por el dentista dependerá principalmente del área mandibular donde el tratamiento será realizado. El injerto puede ser hecho con el objetivo de ganar hueso en forma vertical u horizontal, aumentando el área disponible en la estructura maxilar para la instalación exitosa del implante dental.
Normalmente, el periodo de adaptación del injerto es de tres a cuatro meses, y solo entonces será posible completar el tratamiento de implante dental. Pero este tiempo puede variar en cada caso. El injerto de hueso es un procedimiento indoloro, ya que es realizado con el uso de anestesia local.
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